Alrededor de 1/3 de la energía consumida en Europa está destinada a calentar el agua para cubrir la demanda de agua caliente sanitaria (ACS) y calefacción. Las importaciones energéticas superan los 406.000 millones € al año. Una cifra que Bruselas quiere disminuir para conseguir una mejor sostenibilidad energética. Para ello la Unión Europea se ha puesto como objetivo el protocolo 20-20-20. Un reto que tiene como metal final reducir un 20% de la emisiones de CO2, que el 20% de la energía consumida tenga un origen renovable y ahorrar un 20% de consumo energético, a través de una mayor eficiencia energética.
De ahí que las instalaciones de climatización que mejor relación ofrecen entre confort y reducción de consumo energético sean aquellos sistemas radiantes a baja temperatura mediante la termo activación de superficies y además combinadas con fuentes de energía renovable, como es el caso del suelo radiante. Este tipo de sistema de calefacción supone una tecnología innovadora, donde destaca por su mejora de rendimiento, versatilidad y nulo impacto visual, si lo comparamos con otros sistemas. Por ello, el suelo radiante es un sistema que mejora el ahorro, la eficiencia energética y, en general, la calidad de vida de los usuarios que se decidan a apostar por una instalación de suelo radiante en casa. ¿Quieres conocer sus beneficios?
1. Reducción de las emisiones de CO2
Es un sistema que se puede combinar con energías renovables. Gracias a su eficiencia y bajo consumo, los sistemas de calefacción radiante contribuyen con un impacto medioambiental menor en relación a otro tipos de calefacción. Esto se debe porque el suelo radiante se nutre de un temperatura moderada que ronda entre los 35-45°C. Una ventaja que hace que sea compatible con cualquier otra fuente de energía, ya sea combustibles derivados del petróleo, gas natural o de energías renovables (aerotermia, geotermia, biomasa, solar…) Esto lo convierte en uno de los sistemas de calefacción más respetuosos con el medio ambiente.
2. Mejora de la certificación energética: eficiencia
Los sistemas por suelo radiante funcionan con cualquier tipo de fuente que funcione como vehículo transmisor, ya sea calor, frío o agua. Esto permite que la temperatura de impulsión sea cercana a la de ambiente, permitiendo que la fuente de frío o de calor aumente su rendimiento. Este tipo de funcionamiento permite además, combinarlo con otros sistemas como la bomba de calor y las caldera de condensación.
El beneficio del que suelo radiante abarque toda la superficie de la estancia a calentar permite conseguir no sólo una temperatura de confort homogénea y agradable, sino un aumento del rendimiento en la fuente de calor, que permite reducir la emisiones de CO2 y de esta manera, mejorar la calificación energéticas de la vivienda.
3. Menor necesidad de energía: ahorro económico
Al conseguir una demanda de temperatura cercanas de las de la temperatura ambiente, se tienen menores pérdidas a través de las paredes. Además, junto a la utilización de generadores eficientes, hacen que el consumo energético anual sea mucho menor si lo comparamos con los sistemas tradicionales. Es un sistema capaz de ahorrar hasta un 20% en la factura final.
4. Homogeneidad de la temperatura: mejora del confort térmico
Los sistema radiantes ofrecen el mejor confort posible para la vivienda. Son sistemas de climatización en lo que el confort es máximo al mantener toda la estancia a una temperatura homogénea. Esto quiere decir que no existen grandes diferencias de temperatura dentro de la misma estancia, permitiendo crear una sensación térmica uniforme y agradable. Es por esto que se les considera como los sistemas que mejor se ajustan a la emisión del cuerpo humano ya sea por convección, conducción o radiación. Un intercambio ideal de energía entre el ser humano y su entorno sería: 50% de radiación, 30% de evaporación, 15% de convección y 5% de conducción.
5. Medio eficientes de intercambio de energía
El suelo radiante, a diferencia de otros sistemas de transmisión de energía por convención, al producir el intercambio de energía por una radiación a bajas temperaturas no necesita de ningún tipo de fluido entre los cuerpos. Sólo es necesario que estén a diferentes temperaturas y uno frente al otro. ¿Qué quiere decir esto? El intercambio energético por radiación depende de la potencia de la temperatura del propio cuerpo. Aumentar o disminuir un grado la temperatura del suelo radiante, conlleva un factor multiplicador que no se podría dar si se variase la temperatura del aire en un grado.
6. Ausencia de corrientes de aire
La rapidez con la que el aire caliente se mueve hacia las zonas frías es por regla general proporcional al número de grados que existen entre ambas áreas. Por ello si contamos con una vivienda con un sistema de suelo radiante, las diferencias entre la temperatura del aire y la superficie de suelos, paredes y techos serán reducidas. Llevando a que el efecto de convección del aire casi no se perciba y no se generen molestias en nuestro cuerpo.
7. Mejor la salud y evita enfermedades
La calefacción por suelo radiante es un sistema higiénico que transmite la energía por radiación, sin modificar la temperatura del aire. Esto significa que no remueve el aire, sino que lo transmite, evitando levantar polvo y otras partículas que pudieran generar algún tipo de reacción alérgica o enfermedades. Y es que la corrientes de aire en combinación con una alta/baja temperatura, pueden producir enfermedades de tipo reumáticas o respiratorias.
8. Sistema silencioso (aislamiento térmico y acústico)
Los sistemas de calefacción por suelo radiante se caracterizan por no generar ruidos molestos que puedan tener efectos negativos no sólo en el confort de los usuarios, sino en la propia comunicación entre ellos. El sistema de construcción de planchas y mortero de cemento que se utiliza para su instalación, actúa como un suelo flotante, ayudando a reducir el ruido por impacto. Todo esto se debe a la ausencia de elementos en movimiento. Todo un beneficio que permite mejorar el aislamiento térmico y acústico de la vivienda. En lo que respecta al aislamiento térmico este se consigue si se cuenta con una buena base en relación a la superficie de la vivienda en cuestiones de masa, densidad y calor específico. Permitiendo a la vivienda contar con una mayor estabilidad térmica.
9. Estética y ahorro de espacio
El suelo radiante ofrece una libertad de espacio al no contar con emisores o dispositivos visibles. Esto permite que el espacio habitable útil se incremente entre un 3 -5%, si lo comparamos con un sistema tradicional. Además facilita la elección de tener una vivienda con espacios diáfanos y nos permite tener una mayor libertad a la hora del diseño y decoración de la misma. El poder instalar un sistema radiante ya sea en suelo, techo o paredes hace que contemos con un factor diferencial en el hogar.
10. Elevado rendimiento y opción de refrigeración
Los avances dentro de los sistemas por calefacción radiante permiten realizar instalaciones de este sistema también en obras de reforma y no sólo en nuevas obras. Actualmente existen sistemas de bajo espesor y peso que se pueden adaptar de manera sencilla y sin necesidad de retirar el pavimento existente. Además, el sistema por suelo radiante no sólo ofrece calefacción, sino que también la opción de refrigeración de la vivienda durante el verano. Siendo capaz de adaptar sus temperaturas en función de la condiciones de humedad de las estancias.