«Un edificio de alto rendimiento es aquel que utiliza poca energía para su explotación y esta energía puede provenir de fuentes renovables.»
Las viviendas pasivas y la arquitectura passivhaus tiene como principal objetivo disminuir la demanda de energía mediante un diseño bioclimático y el uso de sistemas pasivos para la construcción.
En el caso de las casas pasivas con certificado passivhaus, la demanda de energía primaria de 120 kWh/m2, de esa cantidad, 15 kWh/m2 corresponde a la calefacción y climatización.
Unos datos increíbles si se tiene en consideración que una casa tradicional puede consumir más del doble. Una casa pasiva puede permitir un ahorro energético del 60% en climas mediterráneos y en climas más severos de hasta un 80%.
Según la definición de Casa Pasiva en la Wikipedia,
«El objetivo de una casa pasiva es minimizar el uso de sistemas convencionales de calefacción y refrigeración aprovechando las condiciones climáticas y de asoleamiento de cada sitio. La expresión «pasivo» se usa para definir el principio de captación, almacenamiento y distribución capaz de funcionar solos, sin aportaciones de energía exterior y que implica unas técnicas sencillas, sin equipos.
Todo edificio se construye con el fin de cobijar y protegernos del ambiente exterior creando un clima interior. Cuando las condiciones del exterior impiden el confort del espacio interior se recurre a sistemas de calefacción o refrigeración.
Entre las medidas más eficaces se encuentra el ahorro de energía mediante el uso de aislamiento térmico. Pero la conservación de energía implica aislarnos del exterior, el diseño pasivo busca abrir el edificio al exterior de manera tal que pueda conseguirse un acondicionamiento natural.»
Passivhaus es un estándar muy conocido por los profesionales implicados en una construcción sostenible, que surgió en una conversación entre profesores de la Universidad Land de Suecia.
Se trata de un estándar que quiere garantizar la escasa demanda energética que tienen las viviendas, a través de un diseño y una puesta en obra concretas.
Ejemplos de cómo son este tipo de viviendas, los encontramos en numerosas partes del mundo. En concreto, en España existen grandes ejemplos de casas pasivas construidas con diferentes tipos de materiales (madera, hormigón…), las más buscadas son las casas prefabricadas pasivas.
La construcción de una casa que quiera obtener el certificado passivhaus, debe de reducir la demanda de energía a través de 5 principios básicos:
Aislamiento térmico en casas pasivas: El espesor de las paredes de fachada está en torno a los 46 cm, siendo en su mayoría aislamiento térmico.
Ventanas Passivhaus: son, junto con las puertas, los puntos más débiles del revestimiento del edificio, ya que se producen la mayoría de puentes térmicos. En este caso, se cuida excepcionalmente el diseño y la ejecución para que esto no suceda.
Ventilación con recuperación de calor: una peculiaridad de estas casas es que, no se abren las ventanas de la casa para ventilarla, ya que así se perdería el calor, y para que no se cargue el ambiente existe un sistema de ventilación mecánico que además renueva el aire interior.
Estanqueidad de las casas pasivas: las viviendas pasivas deben de cumplir unos requisitos de estanqueidad, por lo que se hace necesario una ventilación mecánica para evitar el aire viciado.
Aislamiento térmico en casas pasivas: en una casa pasiva es posible calentar 170 m2 con solamente una estufa de pellet, por ser viviendas estancas y sin puentes térmicos.
¿Un edificio ya construido puede a través de una rehabilitación conseguir el certificado passivhaus? Sí, pero resulta muy complicado en algunos edificios, por lo que para este tipo de casos existe el estándar enerphit de rehabilitación energética passivhaus.
¿Merece la pena invertir más dinero en una casa pasiva? Sí, el coste de construcción de una casa pasiva puede ascender a un 5% y un 20 % más que la construcción de una casa ordinaria, en algunos casos ni siquiera implica un coste mayor si se atiende exclusivamente a un diseño bioclimático y una envolvente adecuada. Los ahorros en las facturas de luz y gas que pueden proporcionar este tipo de viviendas pasivas ascienden al 80%. Como resulta tan variable el sobrecoste (si se produce) de este tipo de construcciones, la amortización puede variar entre 2 y 10 años, a partir de ese momento todo será ahorro.
Las casas pasivas son una muy buena alternativa,sin embargo existen otro tipo de edificaciones que también resultan eficientes, sostenibles y responsables con el medioambiente.
Los edificios de energía casi nula apenas consumen energía debido a su alta eficiencia energética, y la poca energía que necesitan proviene de fuentes de energías renovables in situ o del entorno.
Según el Plan de Eficiencia Energética de la Comisión Europea y eficiencia energética de los edificios, a partir de 31 de diciembre de 2018, todos los edificios públicos y desde 2020 todos los edificios nuevos, tendrán que llegar a un nivel de rendimiento de «energía casi nula».
La versión refundida de la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios europea tiene por objetivo fomentar la eficiencia energética en los edificios, mediante las características térmicas del edificio, calefacción y agua caliente, aire acondicionado e iluminación, teniendo un consumo casi cero de energía.
El estándar passivhaus también puede reducir considerablemente la demanda de energía de los edificios de Europa, pero como ya se ha explicado, la Unión Europea ha “creado” su propio estándar, aunque todavía está por definir.
“La casa activa tiene como objetivo crear un modelo equilibrado para la construcción que une diseño y rendimiento”.
Son edificaciones basadas en la idea de dar más energía de la que reciben. Son edificios confortables, capaces de adaptarse al clima y respetuosos con el medio ambiente. Este modelo se centra en la energía, para que contribuya positivamente al balance energético del edificio. En otras palabras, este tipo de hogares son capaces de generar energía, mediante células solares que producen electricidad y calor; y con un sistema de triple vidriado hermético logra un buen aislamiento. Por tanto, el exceso de energía producida se vierte a la red. Además, el clima interior crea una vida más sana y más cómoda para los ocupantes, teniendo en cuenta el medio ambiente, ya que tiene un impacto sobre este.
Noticia: https://inarquia.es/reduce-un-80-el-consumo-de-energia-con-una-casa-pasiva